Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2009-12-08

Anzotiello (2211 mts)

La reseña de Quique 
Llegamos a Hecho y tomamos la carretera hasta la Selva de Oza. Comenzamos la ascensión junto al Refugio de La Mina. Tomamos un sendero en dirección O. dejando a nuestra izquierda el GR que lleva al collado Petraficha.
Txipeta
La pendiente es suave, incluso vamos llaneando. Pasamos junto a unos hayedos, donde pasta un grupo de caballos. El barranco de Acherito va a nuestra derecha, y muy por debajo. Al poco ya vemos de frente a nosotros el grupo de cimas Anzotiello y Gorreta, y un poco más a la derecha Mallo Acherito, Petrechema y agujas de Ansabere. El día es frío (3 grados) y además está algo nublado. Estamos en otoño, pero aquí se huele ya a Invierno.
Quimboas
Una pequeña capa de nieve tapiza las praderas. Una pareja de quebrantahuesos vuelo sobre nosotros. La pendiente continúa suave, por lo que nos cuesta bastante llegar al pie del collado de Anzotiello. A nuestra izquierda las moles de las paredes norte de Petraficha y Quimboas nos impresionan, aunque Rafa comienza a hacer planes de futuro sobre alguno de los corredores que se encaraman a las cimas. La subida final hasta el collado se hace un poco delicada, ya que los escasos neveros están bastante duros y debemos rodearlos por pendientes de cascajo y rocas sueltas. Una vez en el collado vemos la línea de mojones que vienen de la parte de Zuriza que parece una ruta mucho más transitada que la nuestra. Ascendemos por la ladera sur del Anzotiello, alcanzando la cima con algo de cuidado porque hay nieve tapizando la roca.
Cima de Anzotiello
La vista es buena, aunque al norte, el Mallo Gorreta nos oculta el panorama. A nuestros pies la parte superior del valle de Gamuela. Al Este, y entre una maraña de nubes atisbamos las grandes cumbres de Balaitus, Vignemale, Midi, Collarada, etc.
El día está bastante inhóspito, por lo que comenzamos el descenso hasta el collado, donde aprovechamos para comer algo, y Rafa nos obsequia con un café (eso sí, del tiempo). Nos preguntamos cómo es posible que nunca hayamos tomado café en las excursiones con Pedro (habrá que analizarlo).
El resto del descenso lo realizamos por el mismo itinerario de subida.
Descendiendo hacia el collado
Cada vez está más nublado, el viento sopla de cara con fuerza. Ya no están los caballos pastando, ni los quebrantahuesos… Es como si el invierno se nos echara encima. Quizás mañana nieve…
Noviembre 2009. Rafa, Fernán, Enrique.

Impresiones

Fernán lo vió así
        Otoño en la Selva de Oza

Anzotiello, finales de Noviembre, ambiente absolutamente otoñal, un día para recordar: cielo plomizo, frio húmedo, penetrante, nieve helada, silencio, más silencio, soledad, sarrios, caballos y quebrantahuesos. Paisaje dolomítico, café entre amigos, ese café que no se vende por Tenor Fleta.

2009-12-05

Forca Estasen (3028 mts)

La reseña de Quique

Amanecer sobre Aneto y Coronas
La Forca Estasen es un modesto pico de poco más de 3000 metros situado en la parte inferior de la mítica cresta de Salenques. Pedro, Rafa y yo comenzamos la marcha en el Plan de Besurta, a 1920 m. de altura. Avanzamos hacia el Este, dejando enseguida a la derecha el sendero al refugio de la Renclusa. Avanzamos mientras amanece por praderas de suave pendiente hasta que llegamos al Forau de Aigualluts. Dejamos a la izquierda la ruta que lleva al valle de la Escaleta, y atravesamos el llano en dirección al torrente de Barrancs. Comenzamos a ascender por la orilla izquierda, aunque Pedro nos advierte que el verdadero itinerario va por la otra orilla. Efectivamente, encontramos algunas dificultades mientras vemos por el otro lado los hitos. Por fin podemos cruzar el torrente, aunque no con pocas dificultades, ya que las piedras en las que nos apoyamos están tapizadas de una fina capa de hielo. Abandonamos el curso del río, puesto que llegar por aquí hasta el ibón de Barrancs, supondría encontrarnos atascados en un inmenso caos de enormes rocas.
Por las morrenas hacia la cresta de Salenques
Superado este tramo desembocamos en una amplia morrena procedente de la parte más oriental del glaciar de Aneto, y cuya cima la tenemos justo encima de nosotros, al Sur. Los hitos nos llevan ahora hacia el NE, hacia la colladeta de Barrancs (2480 m), desde donde vemos todo el itinerario restante. 100 m. más abajo, a nuestra izquierda tenemos el ibón de Barrancs. A nuestra derecha los contrafuertes que descienden de la Espalda del Aneto. Al fondo, enfrente, la altiva cresta de Salenques, entre el collado del mismo nombre y el Pico Margalida. La colladeta es como una puerta que nos introduce en otro mundo. La altura de estas cumbres, las extensas pedreras, testigos de lo que fueron inmensos glaciares, morrenas perfectas fabricadas por el glaciar en su último empuje en la llamada Pequeña Edad del Hielo, le dan a este paisaje un halo de grandiosidad y de misterio.
En morado, nuestro recorrido
Descansamos un rato, mientras Pedro, que este verano ya ha hecho la arista de Salenques con un guía, nos describe el itinerario a seguir. Descendemos de la colladeta hasta la morrena formada por los glaciares de Barrancs y Tempestades. La pedrera es inmensa, pero no se anda mal. Llegamos así a una morrena lateral del glaciar de Tempestades. Esta montaña de bloques es perfecta, adivinándose el empuje del hielo y el consiguiente amontonamiento de piedra.
Por esta loma vamos ascendiendo al mismo tiempo que sentimos entrar en un mundo majestuoso. Yo nunca había visto formaciones glaciares tan “de libro” como en este lugar. La morrena se estrella contra un riñón rocoso que se desprende de la cresta, y que bordeamos por la izquierda hasta alcanzar una especie de terraza bajo la arista por la que podemos avanzar sin ninguna dificultad. Gran profusión de vivacs. Tenemos ya encima de nosotros la cima de la Forca. Descubrimos a la izquierda un canalón por el que ascenderemos. Pedro se ha adelantado y ya lo divisamos en la brecha inmediata a la cumbre. Poco después, y tras una breve trepada nos encontramos los tres en esta irrelevante cima (3028 m), pero con unas vistas espectaculares sobre el macizo más alpino del Pirineo.
Cima, al fondo lago de Barrancs
Al Este tenemos el valle de Salenques, al Sur los picos de Russell, la cresta de Salenques culminada en el pico Margalida y toda la arista del Pico Tempestades al Aneto. Pedro nos comenta que estuvo aquí, aunque unos metros más al sur cuando hizo la arista, y no descubrió cuál era la cima de la Forca Estasen. La verdad es que apenas llega a superar en 10 m. a las brechas contiguas. Comenzamos a descender por el mismo itinerario, descubriendo en la terraza inferior a la cresta una placa conmemorativa de un accidente, creo recordar que de 2004.
Detras la cresta continúa hacia el Russell
Margalida Continuamos por las morrenas y pedregales hasta llegar de nuevo a la collada de Barrancs, donde descansamos un poco al calor de los últimos rayos de sol. El resto del descenso sin problemas, yendo esta vez por la margen derecha del torrente hasta el plan de Aigualluts, y de aquí al coche. Regreso sin más hasta Zaragoza.
Octubre 2009. Pedro, Rafa, Enrique.
Tempestades, Espalda y Aneto

2009-12-04

Diente de Llardana (3085 mts)

La reseña de Quique
amanita muscariaRafa y yo comenzamos a andar a eso de las 6 de la mañana. Partimos del aparcamiento situado junto a la cascada de Espigantosa. La oscuridad es total, lo que ayuda a que no veamos las empinadas rampas del comienzo. Avanzamos hacia el refugio Angel Orús, donde nos esperan Manuela y Pedro, que han pasado la noche allí. Avanzamos por el tupido bosque con los frontales encendidos. De vez en cuando paramos para fotografiar alguna seta junto al camino. Poco a poco va amaneciendo, y cuando llegamos al pie de la subida final ya es completamente de día. El camino sube en interminables zig-zags, hasta que por fin salimos del bosque y ya tenemos sobre nosotros el inmenso refugio. Pronto descubrimos a Manuela en la terraza, y poco después asoma Pedro. En un momento estamos ya con ellos. Hacemos un descanso y reemprendemos los cuatro la marcha hacia el Diente de Llardana, tomando el camino que se dirige, de momento, hacia el collado de Eriste.
Diente de Llardana
Cruzamos el río por una palanca. Recuerdo que antes de estar este puente, y según las épocas, era complicado el paso del río. Poco a poco nos vamos acercando a la Canal Fonda. Es aquí cuando dejamos a nuestra izquierda la ruta hacia Lago Llardaneta, collado Eriste y refugio Viados. Enfilamos hacia el norte por la Canal Fonda que esconde algún pequeño nevero evitable por las pedreras laterales. Hacemos un pequeño descanso a mitad de la canal. Retomamos la ascensión, que en ningún momento se hace excesivamente dura.
Espadas y Tuca Llardaneta
Alcanzamos por fin el collado que separa el Diente de la mole del Posets. Dejamos las mochilas bajo el enorme escarpe del diente, y nos dirigimos hacia el sur siguiendo los hitos. Primero avanzamos horizontalmente, pero luego emprendemos una fuerte subida por una especia de canalón diedro con escalones herbosos. La subida es muy sencilla, pero rapidamente se va abriendo un abismo a nuestra derecha que inevitablemente nos hace pensar en lo peligroso que sería un tropezón. Pedro lleva atada a Manuela, mientras que Rafa y yo vamos sin encordar. Llegamos a la parte superior, donde la pendiente decrece y podemos andar ya tranquilamente hasta alcanzar la corta arista que nos separa de la cima. Tan sólo una pequeña bavaresa sin dificultad antes de llegar al hito (3085 m). La caída hacia el oeste es terrorífica. Yo pienso que es extraplomo desde la cima hasta la base en el valle sur de Posets. El paisaje no es de lo más bonito. Los esquistos dan ese tono ocre que recuerda a terreno quemado. (Llardana quiere decir tierra quemada). Aún así hacia al oeste la vista del Espadas con sus estratos verticales imposibles le confieren una extraña belleza.
Manuela y Pedro con el Posets al fondo
Al norte, en la cima del Posets se ve gente que suben y bajan. Estamos lo justo para sacar unas fotos y comenzamos el descenso, ya que aunque fácil requiere bastante atención. Descenso quebradizo
Descendemos la primera parte sin problemas, y al llegar a la zona de mayor pendiente extremamos las precauciones avanzando lentamente. En poco tiempo hemos llegado al collado, donde hacemos un largo descanso. Proseguimos el descenso por la Canal Fonda. La piedra suelta no es el fuerte de Manuela, que desciende con mucho tiento y con algún que otro resbalón. Aunque perdamos algo de tiempo no importa porque vamos muy bien de hora, ya que la ascensión ha sido bastante rápida. Una vez fuera de la Canal retomamos el camino herboso y avanzamos ya rapidamente hacia el refugio.
ojo que estas NO son rebollonesDe nuevo parada y cervecitas. El resto del descenso, de lo más relajante. Yo incluso tuve ocasión de recoger algunos robellones. Al llegar al aparcamiento, Rafa y yo nos despedimos de Manuela y Pedro, que se dirigían a Benasque. Nosotros continuamos viaje a Zaragoza.
Septiembre 2009. Manuela, Pedro, Rafa, Enrique.


Descenso por la Canal Fonda a la vista de la Aguja del Forcau


2009-11-03

Montferrat (3219 mts), Central (3235 mts), Petit Vignemale (3032 mts)

La reseña de Quique
neveros en el Valle d'Ossoue
Hemos dejado el coche en el pequeño parquin junto a la presa de Ossoue. El camino empieza llaneando por la orilla izquierda del embalse. Acaba de caer un chaparrón, por lo que el ambiente es muy húmedo. Al final del llano cruzamos a la orilla derecha y comenzamos el ascenso hacia el refugio. Sudamos de lo lindo, por el ambiente, y porque vamos con el tiempo un poco justo para llegar a la cena en Baysellance.
Vamos tomando altura, cruzamos el torrente que baja del pico Monferrat y continuamos por el zigzagueante sendero hasta las cuevas Bellevue, mandadas construir por Henri Russell. Dejamos la ruta del glaciar y nos desviamos a la derecha, llegando al refugio completamente empapados a las 18,30 h.
Nos registramos, tomamos posesión de la habitación y nos disponemos a cenar en el comedor, donde nos acompaña un madrileño que está dando la vuelta al macizo del Vignemale. Después de cenar, una infusión, y a dormir. Tan sólo estamos Rafa, Pedro y yo en la habitación. Un lujo.
Hacia Col des Glaciers
A la mañana siguiente, de noche todavía, nos levantamos, desayunamos, y comenzamos a ascender por el sendero de la Horqueta de Ossue. Al llegar al collado amanece y vemos el valle de Gaube a nuestra derecha. Nosotros seguimos ascendiendo las últimas rampas que nos llevan a la cima del Petit Vignemale (3032 m).
Encontramos a dos franceses que llevan idea de realizar la travesía hacia Chausenque por la arista. Justo la misma idea que llevamos nosotros. Los dos franceses comienzan a descender los primeros resaltes y se posicionan rapidamente en lo alto de un escarpe que es necesario descender para llegar al collado de los Glaciares. Mientras se piensan seguir o volver, Pedro recorre el trozo de arista hasta el escarpe. Se lo piensa un rato. Los dos franceses retroceden. Pedro aún queda mirando por aquí y por allá. Al final vuelve hasta la cima donde nos encontramos. Dice que no ve nada claro, ya que no encuentra ningún anclaje donde asegurar. Nos quedamos un rato en la cima, y decidimos volver sobre nuestros pasos, pasar por el refugio, y bajar hasta la ruta normal de Vignemale, donde enlazaremos con la vía de la Arista E. del Monferrat, pico que queremos ascender.

El descenso hasta el cruce con el camino que viene de Gavarnie lo hacemos rápidamente, pero luego la cosa cambia, pues tenemos que hacer una penosa travesía por toda la morrena para alcanzar la orilla derecha del glaciar, donde comienza la arista de Monferrat. Por fin nos encontramos ascendiendo esta pendiente de 700 m. desnivel, con las mochilas llenas, material de escalada, piolet, crampones, el completo. Al principio es una simple loma, pero poco a poco se va afilando y ganando altura sobre el glaciar a la derecha y el profundo valle de Monferrat a la izquierda. Por momentos la pendiente crece, obligándonos a poner las manos en algún tramo comprometido y con roca suelta.
Trepando por la cresta Oriental
Nos elevamos considerablemente sobre el glaciar y el Petit Vignemale enfrente de nosotros. No sabemos exactamente la altura del pico, por lo que los últimos tramos se nos hacen penosos, avanzando con mucha lentitud. Rafa está en las últimas, y no hace mas que decir que ya no puede más, cosa que nos preocupa por que la vuelta por aquí puede ser lamentable; mucho peor que si llegamos a la cima y descendemos por el glaciar. Clot de la Hount, Vignemale, Pitón Carré, Chausenque

Por fin llegamos a un canalón muy roto que nos deposita el la cresta O. a pocos metros de la cima a nuestra derecha (3219 m), donde ya vemos a Pedro con cara de pocos amigos por nuestra tardanza. La verdad es que Pedro tiene razón, pues el tiempo está algo revuelto y amenaza tormenta. Las nubes ya cubren en parte las cimas vecinas de Pique Longue y Clot de La Hount. Descendemos a un pequeño collado que nos separa del Pico Central y dejamos las mochilas. Es como si se hubiera obrado un milagro en nuestros cuerpos. Avanzamos ligeros y a toda velocidad por la espectacular y aérea arista que nos lleva hacia el Central. La caída a nuestra izquierda es impresionante, con las marmolera de Labaza a nuestros pies, y un poco más allá la profundidad del valle del Ara. Sin darnos cuenta hemos ascendido el Pico Central (3235 m). Las nubes cubren ya todas las cimas, por lo que sin más demora emprendemos el regreso hasta el lugar donde hemos dejado las mochilas.
Cresta Central-Montferrat
Desde aquí descendemos con cuidado para buscar el mejor lugar de descenso al glaciar, que alcanzamos sin novedad. Nos calzamos los crampones y nos encordamos con una técnica que nos enseña Pedro. Rafa va primero, yo en el centro, y Pedro (que es el bueno) detrás. Si Rafa cae en una grieta, todo el peso va directamente a Pedro, evitando que el tirón de la cuerda me afecte a mí, y Pedro acabe por tener que sujetar a los dos. Los grupos que vemos van sin encordar, pero la verdad es que el glaciar, aunque en plena regresión, todavía deja entrever numerosas grietas. Al llegar a la morrena, nos quitamos la cuerda y los crampones, y nos juntamos con una pareja de franceses que se extrañan que los españoles no tomen medidas de seguridad en el glaciar. Encordados con técnica Y
Seguimos descendiendo, ya por el sendero que nos ha de llevar hasta la presa de Ossue, donde llegamos unas dos horas más tarde, y bastante cansados. Justo al meternos en el coche descarga un fuerte chaparrón. El viaje, largo pero relajante. Recuerdo subiendo las empinadas rampas del Tourmalet, mientras Pedro nos comenta historias de astronautas. Al llegar a Ainsa el coche se me muere. Se ha acabado la batería. Rafa se queda conmigo hasta que viene el mecánico. Pedro duerme en Ainsa, Rafa se va a Zaragoza, y yo a Villanova, donde llego a la 1,30h. Excursión para recordar.
Agosto 2009. Pedro, Rafa, Enrique.

2009-08-30

2009-08-01

Russell (3207 mts), Punta (3192 mts), Aguja Sur (3146 mts), Russell Este (3024 mts)

La reseña de Quique
Carli y Vincent en el lago de LLosás
CQuique encabeza la trepada por la Diagonalabaña de Pescadores (Vallibierna). Ascendemos por el camino de Llosas. Llegamos al lago del mismo nombre, donde realizamos un descanso. Avanzamos ahora hacia el Este hasta llegar al lago superior (2510 m). A partir de aquí torcemos al norte ascendiendo fuertemente por laderas de hierba. Llegamos a un inmenso roquedal que ocupa la parte oeste de la muralla de Russell, y avanzamos en la misma dirección hasta llegar a una cornisa que recorre la montaña de norte a sur. La tomamos, convirtiéndose más arriba en un canalón que desemboca en un collado. Éste separa las cimas de la Punta de la Brecha Russell, del resto de las cimas del macizo. Giramos a la izquierda para ganar la Punta (3192 m). Posteriormente volvemos sobre nuestros pasos y alcanzamos las cimas de Russell (3207 y 3205 mts). Desde esta última cima divisamos al sur, y gracias a que nos hemos estudiado concienzudamente la ruta, la Aguja Sur. Carli tiene claro que no va a intentarlo, mientras que Vicente se lo piensa un poco más, decidiendo esperarnos en la cima de Russell. Rafa, Pedro y yo nos descolgamos hacia el Sur por un canalón descompuesto.
Aguja Sur de RussellAlcanzamos una pequeña brecha que separa la Aguja Sur de la Arista Sur, alcanzando por cómoda trepada la cima de la Aguja (3146). Volvemos a ascender hasta el Russell, y continuamos en dirección E. por una ancha cresta en descenso, ascendiendo a la cima Russell E. (3034). Desde esta cima tenemos hacia el Norte una envidiable perspectiva de la Arista de Salenques. La idea que llevábamos era descender por un corredor hacia el Valle de Salenques para luego alcanzar el collado del mismo nombre y retornar por el Plan de Aigualluts. No vemos el inicio del corredor nada claro.
Al fondo, cresta y col de SalenquesVicente se acerca al precipicio buscando un punto débil para alcanzar el valle, pero desiste, por lo que volvemos a la cima principal tras un considerable ascenso y continuamos por el mismo itinerario que el de ida, llegando a la Cabaña de Pescadores en Vallibierna. Años después, a través de Internet supimos de unos montañeros que hicieron el itinerario pensado por nosotros pero en sentido contrario. Ahora ya sabemos que existe un fácil corredor que permite alcanzar la cima Este de Russell desde el valle de Salenques. Otra vez será. Por lo menos nos llevamos cinco tresmiles, aunque ya habíamos hecho algunos hace años.
Julio 2007. Pedro, Rafa, Carli, Vicente, EnriquePedroVincent y Rafa
Cresta de Salenques desde el Russell E.

2009-03-08

HOLA

Garmo Negro y Valle de Tena desde el CuyalaretGarmo Negro y Valle de Tena

2009-02-02

Previsión meteorológica a 
Los datos bajo el icono son temperatura, dirección y velocidad del viento.
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