Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2010-05-21

Arroyeras (2575 mts)

La reseña de Quique
Foratata desde Corral de Mulas
¡Casi nos tenemos que frotar los ojos para creerlo! Estamos en el Corral de las Mulas, en Formigal, es 16 de Mayo, y ¡¡¡está nevando!!! Fernán, Rafa y yo empezamos la marcha por la carretera cerrada que lleva a la zona esquiable de Anayet. La niebla y el viento helador, acompañado de minúsculos copos de nieve nos acompañan. Justo antes de llegar al parquin nos desviamos a la derecha, comenzando a ascender bajo el telesilla de Garmet. Las pilonas surgen como fantasmas entre la niebla. Ascendemos cómodamente con raquetas por una de las pistas ahora desiertas. Pronto, junto a una cabaña-bar, igualmente vacía, abandonamos los dominios de la estación haciendo una travesía hacia el oeste en dirección al oculto barranco de Culibillas.
La niebla esconde los relieves
Llegamos a la altura de la Punta de la Garganta, que dejamos a la izquierda, realizando un incómodo flanqueo (con raquetas) alcanzando la parte elevada del barranco, En este punto vemos cuatro esquiadores que descienden directamente del pico Arroyeras, aparentemente sin dificultad. Seguimos por el fondo del barranco, y en un par de zetas alcanzamos el llano de los ibones de Anayet.
La niebla se ha apoderado del lugar, dejando entrever tan sólo a duras penas las laderas de Espelunciecha.
Glera de Anayet

Alcanzamos unas rocas, un islote en esta llanura antártica.
Esperamos 40 minutos en el llano de los ibonesComemos algo, mientras decidimos esperar un rato con la esperanza de que despeje algo y podamos ver la ruta a seguir. El tiempo no mejora, apenas la pared rocosa del Anayet se transparenta entre las nubes. Hace un frío que pela, y sigue nevando débilmente. Después de 40 minutos una fugaz visión entre la niebla nos enseña el posible camino a seguir, así que logro convencer a mis escépticos compañeros de que podemos continuar hacia unas rocas cercanas, e ir ganando altura, siempre teniendo en cuenta, que aunque tengamos que retirarnos podremos hacerlo por nuestras huellas.
El Anayet emerge a través de la nieblaAscendemos hacia la cresta
En la cresta cambiamos raquetas por crampones
Nada más reiniciar la marcha, el cielo se abre e incluso luce el sol intermitentemente.
Ya tenemos clara la ruta.
Ascendemos con rapidez y a través de una inclinada pala alcanzamos la cresta fronteriza con el valle de Izas, completamente oculto por la niebla.


Al fondo adivinamos nuestras huellas
Tan sólo al norte, en dirección al Anayet, está despejado. Una fina arista nevada, y con importante cornisa hacia Izas, nos separa de la rampa final del pico.
Cima del Arroyeras (2575 mts)

Avanzamos con mucho cuidado, el paso es estrecho, y la cornisa vuela sobre el fantasmal y oculto valle de Izas. Ni rastro de Punta Escarra, Pala de Ip, Moleta…  
Ya hemos llegado al otro extremo, inicio del asalto final. Comprobamos que los esquiadores que habíamos visto descender a Culibillas lo han hecho por la pala que tenemos a nuestra izquierda, que parece más asequible que la que hemos ascendido nosotros, por lo que decidimos que el regreso lo haremos en este punto y así no tenemos que volver a pasar por la arista estrecha. Quitamos las raquetas y calzamos crampones, ya que aunque la nieve es blanda, por si acaso en estos 100 metros que quedan y que están muy expuestos al viento nos encontramos hielo. Rafa se encorda con Fernán, que está un poco tenso por el ambiente tan alpino. Más arriba la niebla deja ver intermitentemente la cima. Comenzamos la ascensión final, que es muy fácil. La nieve, estupenda, y la ladera, empinada pero amplia.
Cornisas de nieve hacia el Valle de IzasLa niebla no acaba de despejar
Por fin alcanzamos la cima del pico Arroyeras (2575 mts) que se estrecha considerablemente, al tiempo que se alarga infinitamente hacia el pico de Culibillas, que ni siquiera vemos. Una esbelta cornisa vuela hacia Izas, que sigue desaparecido. Abajo, muy abajo vemos nuestras huellas en la fina arista anterior a la pirámide cimera. Es la típica visión de las aristas de los Alpes, salvando las muchas distancias, por ejemplo, arista de Rochefort. Al oeste divisamos las empinadas laderas del Garmo de Izas y Vértice de Anayet, que con sus acanaladuras me recuerdan a Joe Simpson en los Andes (Tocando el Vacío). Se que exagero, pero al mismo tiempo me siento importante, como que hemos realizado una gran ascensión en un ambiente hostil. Apenas hay gente en la montaña. El día no es propicio, pero a fuerza de fe lo hemos superado y nos encontramos exultantes.
El frío se agudiza por momentos. Observo que hay -1º C, pero el viendo aumenta considerablemente la sensación. Sacamos unas cuantas fotos, entre ellas una dedicada a nuestro “sponsor” Libelium y descendemos rápidamente hacia la cresta.
Al llegar a la base de la arista, comemos algo, y continuamos por la pala que tenemos justo hacia el norte. Seguimos la traza de los esquiadores, ya que vemos que no hay dificultad. Avanzamos con rapidez, aunque la nieve, ya algo transformada dificulta nuestra marcha, por lo que volvemos a intercambiar crampones por raquetas, mientras en la soledad del llano de los ibones, blanco inmaculado, pasea un rebaño de sarrios a la deriva.
Aprovechamos esta pequeña parada para prepararnos un café exquisito, que como siempre Rafa ha incluido en su equipo. Descendemos directamente al barranco de Culibillas, ahorrándonos el rodeo del llano de los ibones. Volvemos a hacer el flanqueo de la ladera sur de Espelunciecha, que ha sido barrida por pequeñas avalanchas, y nos dirigimos ya hacia el Este.
El cielo se ha abierto ya considerablemente, permitiendo la fantástica visión de los picos Balaitús, Frondellas, Infiernos, Tendeñera, todos ellos cubiertos de una blancura exagerada. Alcanzamos de nuevo las pilonas de la Estación y el asfalto de la carretera de Anayet. Poco después llegamos al coche junto al Corral de Las Mulas.
Los puntitos en la nieve son un grupo de sarrios
Gran día de montaña, estreno de nuestras raquetas, mil metros de desnivel, de los cuales 900 m. por nieve. Ambiente alpino 100%. ¡Qué más podemos pedir! Bueno, si se pudiera elegir pediríamos no haber sufrido las quemaduras producidas por un sol inexistente, y que nos han dejando el cutis hecho polvo, amén de todas las explicaciones que hemos tenido que dar en nuestros puestos de trabajo, quedando en entredicho nuestra experiencia montañera acumulada en tantos y tantos años.
Mayo 2010. Fernán, Rafa, Quique.


Arroyeras al fondo a la derecha

2010-05-03

Dag Shang Kagyü

Hoy sábado festivo, mi escuela de yoga está cerrada y, para no perder las sanas costumbres, decido visitar el monasterio budista Dag Shang Kagyü.
No, no es necesario viajar al Tibet, basta con ir a a Graus, tomar el desvío a Panillo, recorrer unos 9 Km y penetrar un lugar sorprendente: un auténtico monasterio budista en medio del Pirineo. Sorprendente porque desde su fundación en 1984 ha conservado intacta su orientación mística a pesar de las oleadas de turistas y visitantes que se acercan a curiosear. Sorprendente porque aloja una comunidad de ocho monjes, entre tibetanos, butaneses y occidentales, más numerosa que la de muchos monasterios católicos que languidecen sin esperanza de renovación.
La rama del budismo a la que pertenece es la Vajrayana, la más mística y esotérica, extendida por Tibet y el Himalaya. 
Hay dos estupas enormes y otras muchas de menor tamaño, dos apartados recintos de meditación, un templo para la oración y la enseñanza, escuela, albergue para aquellos que asistan a cursos, casitas para los retiros individuales de los novicios, retiros que duran tres años, tres meses y tres días ...

La austeridad y el rigor presiden el recinto mientras ondean banderas de oraciones  multicolores. Basta conversar con cualquier monje para impregnarse de su sencillez y armonía, siempre con la sonrisa presente, entre ingenua y candorosa.

Entro en un templo solitario, busco un rincón apartado y adopto la postura Siddhasana (piernas cruzadas) para comenzar una sesión de relajación y meditación. Enseguida entran dos chicas, Nayra y Piluca llegadas desde Ainsa, comienzan tambien su meditación-relajación. Hablamos, hacemos fotos,  compartimos unos minutos.


Me vuelvo a quedar solo y pronto entra un grupo de gente, con varios niños, todos adoptan, respetuosamente y en silencio total, la postura Vajrasana (sentado sobre talones) y comienzan su meditación. No imaginaba la afluencia variopinta que atrae el monasterio. Verdaderamente el lugar está impregnado de una paz contagiosa.

2010-05-02

Aguinaliu, un proyecto de desarrollo sostenible

Hoy quiero presentaros un proyecto alternativo de desarrollo rural que me ha parecido interesante tanto por la solidez de sus planteamientos como por la sabia combinacion de idealismo y sentido práctico.
Andrés y José Luis
Se trata de la Asociación de Desarrollo Sostenible (ASDESOS) ubicada en Graus y que intenta revitalizar algunos pueblos y aldeas de la zona reconstruyendo casas, habitándolas con proyectos de vida y dinamizando el entorno local, siempre con los valores del desarrollo sostenible propulsados en la Declaración de Río en 1992 a partir de los trabajos de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de las Naciones Unidas.
José Luis Alcázar
En amigable conversación con Jose Luis Alcázar y Andrés Bordanova, Presidente y Secretario respectivamente de la asociación, me cuentan que han iniciado proyectos en Juseu, Torres del Obispo o Capella, pero el más ilusionante es el proyecto de pueblo piloto de desarrollo sostenible en Aguinaliu, a 12 Km de Graus, en las inmediaciones del lago de Barasona. Os recomiendo visitar las webs http://www.aguinaliu.es/index.htm y tambíen http://www.sindinero.org/blog/archives/1615
Oficina de información en Graus, calle Fermín Mur, nº 7
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