Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2011-09-25

Musales (2654 mts)

La divisoria de los Musales es una cadena de picos sobre los 2600 mts que forman la vertiente Sur del circo de Piedrafita, en Sallent de Gállego. Poco antes de llegar a la central eléctrica de La Sarra (1400 mts), paro un momento para hacer una foto de estas cumbres y sigo rápidamente porque me está esperando Elena, que habrá llegado de Formigal.
Hoy queremos hacer una ruta circular: subir al Musales, descender hacia el refugio de Respomuso y regresar por el valle de Aiguas Limpias, uno de los más bonitos del Pirineo.  
El recorrido es evidente, pues hay una pista (cerrada con cadena) que asciende hasta un repetidor telefónico y la "caseta del Ingeniero", chalet más o menos rehabilitado, restos de las obras de construccion de los años 50. 
La pista traza grandes lazadas que nosotros acortamos por la vieja senda, bien señalizada por hitos y que asciende entre el bosque de forma bastante rectilínea.
Aunque el recorrido es evidente, al llegar al límite del bosque y cruzarnos con la pista principal, seguimos subiendo rectos sin encontrar la senda ... nos hemos despistado, vamos hacia el Puy Arcol. Flanqueamos a nuestra izquierda hasta encontrar la pista, la seguimos un rato y, de nuevo, estamos en la senda correcta.
Pronto llegamos al chalet del Ingeniero, donde ha instalado su taller Miguel Angel Arrudi, artista zaragozano, conocido creador de ranas y ranillas.
Ibonciecho
Sierra de Telera
A partir de aquí, termina la pista y un sendero, entre prados, sube al Ibonciecho, atacado por la sequía con muy poco nivel de agua. El camino se hace relajado y sin complicaciones, ya se divisa el collado de Musales, identificable por dos bloques de cemento que durante las obras fueron la base del teleférico de carga. En el collado, hace frío, comemos algo y subimos a la cima, que con el despiste del Puy Arcol y alguna parada, nos ha costado sólo tres horas subir los 1200 mts de desnivel. Fotos y amplias vistas panorámicas de todo el Valle de Tena, el Musales es uno de sus mejores miradores.
Cima del Musales
Ibon de Respomuso. Crestas del Diablo, Cambalés, Peña Aragón, Petit y Grande Fache
Volvemos al collado, ahora la senda pierde su caracter apacible y los primeros metros se desdibuja entre destrepes y piedra suelta hasta que bajando unos 50 mts ya es más visible. No vemos el ibón de Respomuso, la senda baja con tendencia al Este, sigue bajando y me sigue pareciendo que va muy al Este ¿irá a encontrar la ruta Respomuso-Panticosa? llegados a un punto, creo que hay que torcer al Oeste, algo he leido por alguna reseña, incluso adivino un camino por donde quiero ir, camino que Elena ni ve ni le convence. No me da opción, prefiere seguir su intuición y seguimos al Este, yo convencido que vamos mal, pero al girar una loma, la senda gira 180º y avanza decidida por encima del lago hasta cruzar la presa. Ya queda muy poco para el refugio de Respomuso, hemos llegado en hora y media desde el collado.
El refugio aparece bajo las Crestas del Diablo
Ibón de Respomuso
 
Cambalés, Peña Aragón, Fache
Confieso que no me agrada demasiado esta moderna generación de macro-refugios, pero las macro-cervezas las bebemos sin remordimiento, sentados al sol, relajados mirando al vacío (la atracción ...) sin absolutamente nada que hacer, inmersos en una calma zen. Pero llega la hora de la comida, que disfrutamos con la compañía del guarda, David Abajo, buen amigo de Elena, que nos cuenta la vida y milagros de un montañes montañero. 
Elena con David Abajo
Desde la terraza del refugio, Musales es el segundo por la derecha
El regreso por el valle sigue el cauce del río, seguimos caminando rápido y sin darnos cuenta llegamos al Paso del Onso, atravesamos los hayedos y enseguida nos encontramos nuevamente en la Sarra.
Valle de Aiguas Limpias
Embalse de la Sarra, principio y final del día
Septiembre 2011. Elena, Rafa.

2011-09-15

Tusse de Remuñe (3041 mts), Rabadá (3045 mts) y Jean Garnier (3025 mts)

La cima de la Tusse me regala este mar de nubes que cubre el Luchonnais
El valle de Lliterola reúne todas las condiciones para estar en el objetivo de muchos montañeros, pues comienza a buena altura, 1600 mts, y el circo de su cabecera está conformado por los macizos de Perdiguero, Lliterola, Crabioules, Tusse de Remuñe y cresta de Maupás, picos todos ellos sobrepasando los tresmil metros y con dificultades de todos los niveles, desde las fáciles pedrizas de Perdiguero o la Tusse, pasando por las crestas de segundo o tercer grado de los Crabioules o los Rabadá-Navarro, hasta las escaladas de dificultad y compromiso en la cara sur del Maupas.  Sin embargo, la ausencia de un refugio guardado hace que su vecino valle de Estós sea más frecuentado. 
Al comienzo aparece lejano el Perdigueret y, más aún, el Perdiguero




Y hacia atrás, el Pico de Estós y crestas de Cregüeña
Agosto se termina, tengo un día libre y como ya hace meses que no hago una salida en solitario, aprovecho en rápida y madrugadora escapada desde Zaragoza para llegar a Benasque de un tirón y aparcar casi al final de esa carretera que en los años ochenta iba a continuar a Francia por un túnel que nunca se hizo y que hoy permite alcanzar altura cómodamente. Dejo, pues, el coche casi al final, a 1600 mts y comienzo a andar por un sendero estrecho, bien señalizado, que penetra en lazadas por el bosque. Son las 9:15 de la mañana y la meteo anuncia lluvias por la tarde, así que debo darme prisa si no me quiero mojar.


Como iba solo, y no se dosificarme, debí andar bastante rápido, adelanté a todos los senderistas que me encontré por el camino, hasta que a partir del lago superior de Lliterola ya no me encontré con nadie. El valle tiene de todo, bosque, pastos, ibones, pedrizas, esquistos rotos y granitos compactos, aunque para mí siempre será el valle donde, con el transcurso de los años, he visto desaparecer completamente un glaciar. Si, en agosto de 1980 recuerdo lo que nos costó llegar al col inferior de Lliterola subiendo por un verdadero glaciar, pequeño, sí, pero con grietas y hielos perpetuos.
Maldito, Agujas de Cregüeña y Aragüells

Ibón Pequeño de Lliterola

Comienzo a buen ritmo y cuando veo la cabaña del Forcallo, abajo a mi izquierda, se que ya estoy a 2000 mts.  La senda sigue bien dibujada entre los prados alpinos, muy fácil de seguir. Apenas me detengo a intercambiar algunas palabras con los escasos caminantes que me encuentro y llego al embudo que estrangula el valle atrapando y dando lugar al ibón pequeño de Lliterola.  Ahora la pendiente del sendero se hace más fuerte, ganando altura hacia la derecha por encima del ibón para salvar los cortados y retornar a la orilla del laguito, un lugar apacible y silencioso, rodeado de altas paredes y dividido por el río que cae formando cascadas. El valle ha cambiado totalmente de forma, del terreno de los prados al de las rocas. Hay varios hitos marcando recorridos más o menos imaginarios, parece que se pueda subir por cualquier sitio quedando siempre la sensación de haber escogido el peor trazado. Una vez arriba, ya con pendientes más suaves, el valle se abre dejando ver las cumbres del circo y, a sus pies, el Ibón grande de Lliterola, que a diferencia de otros años, éste se encuentra desprovisto de hielos y nieves.  
Ibón de Lliterola a los pies de los Crabioules
Me encamino hacia la izquierda orográfica, es decir, a mi derecha, con la cima pedregosa de la Tusse muy cercana. El terreno, fácil, busca el trazado más evidente hacia el portal de Remuñe. Comienzo andando hacia arriba, sin saber muy bien por donde, pero hacia arriba. Llegado a un punto, en los escasos neveros que se empeñan en resistir este final del verano, veo huellas que superando una pala inclinada de nieve continúan por una canal descompuesta para salvar unas bandas rocosas acortando el camino a la cima. Pero calzo unas botas ligeras, con la suela muy desgastada, muy buenas para crestear pero absolutamente inútiles en nieve. Conclusión: mejor no atajar por no complicarme, tampoco llevo piolet para detener una posible caída.   
Picos de Lliterola, col Inferior y Crabioules. Lagos lechosos nacidos con la muerte del glaciar
Enseguida, no obstante, llego a la cumbre de la Tusse de Remuñe (3041 mts), a las 13:37. Me ha costado tres horas y cuarto incluyendo paradas. Tengo un truco para controlar los horarios con precisión: hago una foto en el momento adecuado y, como sabéis, en las propiedades del archivo JPG queda registrada la hora, siempre que la cámara esté sincronizada, claro. 
Cubetas glaciares, donde nacen los ibones 
El panorama es magnífico, posiblemente no haya en el Pirineo otro lugar desde donde se puedan ver tantos tresmiles, pero lo que me gusta más es mirar hacia abajo, descubrir las señales de lo que antes fue lecho de glaciar, morrenas formadas por amontonamientos de gravas, enormes placas de granito suavizadas y redondeadas por el deslizamiento de toneladas de hielo, cubetas formadas por sebreexcavación que hoy alojan ibones, de colores verde-lechosos los más jóvenes, nacidos hace pocos años, azules los que ya tienen más de 15 o 20 años. 
Cuanto más lechoso, más joven es el ibón
El cielo está cada vez más cubierto pero las nubes, altas por el momento, no ocultan las vistas por la vertiente española; en cambio, la francesa me regala un mar de nubes, donde las cimas sobresalen como islas del valle de Lys, hacia el Luchonnais. Desde la Tusse miro con entusiasmo el aparentemente cercano Maupas (3109 mts), que interpone ante mí una cresta y dos cumbres intermedias. A la primera, Rabadá (3045 mts), la cresta ni es demasiado estrecha ni demasiado aérea y enseguida alcanzo la pequeña cima. 
Las nubes hacia el norte están ya rozando los picos

Un esbelto cresterío: Tusse, Rabadá, Navarro, Maupas, Boum
De este pico no había descartado la idea de seguir al Navarro (3043 mts). Las explicaciones de Quique me advertían de un paso complicado en la bajada a la brecha y, por si acaso, llevaba algunas cintas para montar seguro estático pensando en el retorno. Una vez en el escenario, la bajada a la brecha no la vi tan complicada, pero pensando en la trepada al Navarro y posterior descenso, la encontré muy vertical y me pareció… poco prudente acometerla en solitario. Prefiero esperar la ocasión de volver con un compañero.     
El enhiesto Navarro visto desde el Rabadá
Bien, del Rabadá recorro la cresta de vuelta a la Tusse, bajo al col de Crabioules y acometo la cresta hacia la aguja Jean Garnier, con roca mejor que la precedente, un granito muy bueno y seguro. Esta cresta la disfruto, pero como no tengo claro que prominencia será la aguja, y hay confusión entre los autores de guías, recorro toda la cresta hasta llegar a un gendarme que hay que subir escalando por unas placas de IIIº. Aquí, seguro de en algún u otro momento haber superado la “falsa” Jean Garnier (3025 mts), comienzo el descenso, pensando que me gustaría volver para continuar la escalada por toda la cresta oriental de los Crabioules. Son las 14:30. 
Perdiguero, una cresta larga, larga ...

Las dos cimas del Crabioules
Incido en lo de "falsa" porque si bien el censo de Jean Buyse no ofrece dudas, parece que entre la comunidad montañera hay cada vez más unanimidad en identificarla como tal al gendarme de IIIº.
Las nubes estan cada vez mas bajas y mas grises, caen algunas gotas de lluvia.

 

desde la aguja Jean Garnier: Maupas, Navarro, Rabadá, Tusse
Para volver rápidamente del collado, sigo los hitos sin mirar demasiado, y siguiendo unos y otros acabo sobre bandas rocosas, por las que no había querido subir a la ida. Por no dar la vuelta, destrepo la canal descompuesta para llegar al borde superior del nevero, que visto desde arriba me parece más tieso que desde abajo.
Surcos en la nieve, huellas de un resbalón
Pongo un pie, no me inspira confianza, pongo el otro y … patino inmediatamente. Como la nieve aún está dura, intento frenar como puedo para no ganar demasiada velocidad, pensando que ya pararé al llegar abajo. Y así pasa, un tanto magullado por el frotamiento de los cristales de nieve.   

Mientras voy pensando en los inconvenientes de la montaña en solitario, disfruto de las últimas horas de silencio que me quedan hasta llegar al coche, a las 18:37 (eso, lo que estas pensando, hice una foto justo al llegar).
Han sido 1440 mts desnivel en 9 horas de silencio, nubes y tresmiles, percibiendo la sombra fantasma del glaciar. 

Finales de Agosto 2011. Rafa
Ibón de Lliterola antes de la tormenta

2011-09-05

Cerbillona (3247 mts) y Clot de la Hount (3289 mts) por la vía de la Moskowa


Sensación extraña la de llegar al plateau por el sur
  Son las 5 h de la madrugada y el taxi contratado nos recoge en la puerta del hotel a Pedro y a mí. Rapidamente nos traslada por el valle de Bujaruelo hasta la Cabaña de Ordiso (1580 mts), donde comenzamos la marcha por un buen camino (GR) ayudados por los frontales, ya que todavía es noche cerrada. En poco más de una hora alcanzamos el Refugio de Cerbillonar (1800 mts), ya ha amanecido y vemos a nuestra derecha la gran muralla que nos separa de las cimas del macizo de Vignemale.

Este gran macizo tiene dos vías lógicas de acceso: desde Francia por el valle y glaciar de Ossue, o desde España por el largo valle de Bujaruelo y el barranco de Labaza. Este último es el que vamos a realizar nosotros, justo el mismo que usaron los primeros ascensionistas huyendo de los hielos del glaciar allá por el año 1838 (Lady Anne Lister).
Es un itinerario rudo, fuera de sendero en el que hay que ir buscando los hitos, muchas veces escasos y minúsculos. Esta ruta ha caído en la actualidad en desuso en favor de la francesa.

Cruzamos el torrente de Labaza y dejamos a nuestra espalda el río y el GR que sigue ascendiendo hacia el Puerto de los Mulos. El comienzo es algo enrevesado, ya que el itinerario asciende por una zona rocosa en la que poco más o menos vamos trepando. Al salir encontramos ya empinados praderíos por lo que ganamos altura rápidamente (no olvidemos que son casi 1500 mts de desnivel desde Cerbillonar hasta las cumbres). Constantemente buscamos los hitos, ya que los tramos con sendero se esfuman enseguida. Las cumbres de Milieu y Tapou nos protegen del sol por el momento, lo que hace que la ascensión sea más llevadera. Conforma ganamos altura vamos descubriendo el circo de Labaza, que parece taponar nuestra ruta; sin embargo los mojones se dirigen a la izquierda, quedando la muralla blanca del Pico Central a nuestra derecha, y debajo de éste un moribundo glaciar y una morrena de piedras blancas. En este momento nos da el sol por primera vez, estamos a 2800 mts, y decidimos hacer un descanso. Delante tenemos ya el corredor de la Moskowa. La pendiente se acentúa todavía más si cabe a la vez que nos acercamos a la arista sur del Pico Cerbillona y a una chimenea que es la única salida de este circo. Sacamos la cuerda, Pedro sube primero y asegura. Calculo que serán unos 30 mts. que nos depositan ya en la arista, pero en vez de seguirla, torcemos a la derecha en busca del collado Lady Lister. Nada más subir la chimenea nos adelanta un montañero con un perro que van mucho más deprisa que nosotros. Dice que viene del Balneario de Panticosa (imagino que habrá hecho noche intermedia cerca de la Cabaña de Cerbillona).

Pedro, en la chimenea, superando el bloque empotrado
 Es una sensación extraña a la vez que fantástica llegar al collado Lady Lister y descubrir el plateau glaciar. Rapidamente nos presentamos en el Pico Cerbillona, aunque apenas paramos, ya que queremos ascender el Clot de la Hount (estos picos ya los hicimos con Rafa en el año 1993 viniendo por Ossoue). Ya estamos en la segunda cima e inspeccionamos el terreno para descender por su arista O. en busca de las agujas del Clot de la Hount. Vamos con mucho cuidado siguiendo los hitos, ya que es un terreno movedizo. Una ladera descarnada de 1500 mts. nos separa del valle del Ara. Seguimos descendiendo recordando las reseñas estudiadas. Llegamos a la zona clave, una repisa donde la roca cambia de color gris a rojizo. Los hitos llevan a la derecha y acaban difuminándose. Volvemos a la repisa e intentamos seguir descendiendo por un terreno todavía peor. Las rocas se escurren bajo nuestros pies, estamos en la Gran Canal de Cerbillona. La sensación es de completa inseguridad y no hacemos más que preguntarnos cómo ha sido posible perder la ruta que la noche anterior habíamos repasado concienzudamente; eso sí, mientras apurábamos unas copas de vino durante la cena. Retrocedemos a la repisa y seguimos de nuevo los hitos que parecen desaparecer en un corredor tenebroso completamente helado. De pronto vemos un hito a la izquierda, y es que la ruta que iba hacia el oeste va girando hacia el este hasta desembocar en un corredor, al fondo del cual vemos ya la Aguja Superior. Estamos muy cerca, pero Pedro no se encuentra muy bien, le duele la barriga y está como que pasa del tema. De todas formas aunque hiciéramos la cima, todavía nos quedaría encontrar la Aguja Inferior, y el tiempo va apurando. Nada, decidido, nos damos media vuelta y para arriba de nuevo. Con mucho tiento trepamos a la cima del Clot de la Hount, descendemos al collado y vuelta al Cerbillona. Descansamos un poco, y aprovechamos para fotografiar la aparecentemente cercana aguja SO de Cerbillona (200 mts. más abajo). Bueno, la suerte está echada, no vamos a hacer ninguna de las tres agujas, pero nos vamos relativamente satisfechos ya que la ruta que hemos hecho es muy bonita, nos ha hecho emplearnos a fondo con la orientación, y para colmo es la vía de los primeros ascensionistas.

Desde las inmediaciones del corredor, en primer término contrafuerte del Pico Central. Detrás Monferrat, Agujas y Pico de Tapou, y Milieu, con su extinguido glaciar y la morrena rojiza.
 Emprendemos el largo descenso, menos penoso que lo que cabría esperar, ya que ahora los hitos los vemos mejor, es como si incluso hubieran aumentado de tamaño; seguramente, a la mañana, al estar en sombra se divisaban peor. Dejamos atrás las Placas Blancas de Labaza, las morrenas blancas del Pico Central, las morrenas rojizas del Monferrat. ¡Qué contrastes!. De nuevo el torrente, las praderas, abajo el río Ara, el tejado rojo de la cabaña. Algunas vacas ajenas por completo a nuestra presencia pacen por las inclinadas praderas. Por fin llegamos al GR, y comenzamos el último tramo, los 5 o 6 km que nos separan de la Cabaña de Ordiso. Justo cuando el sol se pone por detrás del valle homónimo llegamos a la pista. Son las 19,45 h. Hemos invertido 14 h.
El taxi que debía recogernos todavía no ha llegado. Quedan 15 minutos, pero por si acaso decidimos llamar a la compañía, cosa que no conseguimos por falta de cobertura. A las 20 h. seguimos allí sentados, ya un poco nerviosos por si nos dejan tirados y tenemos que hacer otros 6 km a pie. Pedro dice que esperemos otros 15 minutos, pero a los dos nos da muy mala espina. Justo cuando decidimos ponernos en pie y comenzar a andar nos parece oir un motor lejano. Hacemos un largo silencio; parece que sí. En efecto, allí aparece el taxi. ¡Buff, qué nervios!. La ruta hacia Torla, preciosa: bosques, profundas gargantas, espectacular.

Una gran excursión: fuerte desnivel, orientación a tope, terreno severo, y sobre todo mucha soledad. 
12 Agosto 2011. Pedro y Enrique
Temas relacionados