Es fácil recordar datos cuantitativos como nombres de picos, altitudes, desniveles, orientaciones, acotaciones geográficas, coordenadas GPS, grados de dificultad en diferentes escalas ... nos sobran mediciones y este blog es sólo para guardar pequeños detalles que sirvan para pulsar el nodo neuronal que dispara en nuestro cerebro evocaciones, recuerdos, sensaciones, sugerencias y demás impresiones cualitativas

2016-04-28

Foz de Salinas. La Osqueta (1167 mts)

Durante los ya lejanos 70 veraneé varios años en la zona del Pantano de La Peña. Allí, en esa época de mi adolescencia descubrí estas montañas prepirenaicas y surgió en mí el interés por recorrer los itinerarios y los pueblos de esa zona. Así, durante esos veranos conocí las Foces de Escalete, Garoneta, Salinas, los barrancos de Ena, Bergosal, los alrededores de Riglos y Loarre. Esas gargantas de color ocre y las badinas de color verde turquesa me cautivaron e iniciaron en mí la afición por la montaña.
Es por eso, que cuando Rafa me propuso hacer una salida matinal a la Osqueta no me lo pensé dos veces. Hay que aprovechar la mañana porque a partir de mediodía dan lluvia.
La Osqueta es una escotadura en forma de W que corta la sierra caliza de Santo Domingo, justo encima del despoblado Salinas Viejo. Hace años recorrí en varias ocasiones el sendero que parte de Salinas de Jaca y a través de la Foz del mismo nombre llega hasta el pueblo abandonado, pero nunca continué el ascenso hacia la Osqueta, siguiendo el antiguo camino que comunicaba los pueblos de Salinas y Villalangua con Agüero.
Hemos madrugado bastante, ya que la intención es volver a comer a Zaragoza. Almorzamos en Ayerbe, con lo que llevaremos simplemente un poco de comida de ataque y agua para ir bien ligeros.
Comenzamos en el pueblo de Villalangua (628 mts), a orillas del río Asabón. Tomamos la calle baja y salimos a una pasarela que cruza el río y siguiendo una pista enfilamos al sur, hacia la sierra. Está bastante nublado y la temperatura es más bien fresca.
Villalangua. Cruzando el río Asabón
Hacia allí vamos
Avanzamos muy rápido bordeando algunos campos de labranza y acercándonos rápidamente a la barrera rocosa cortada por la foz de Salinas. En una curva de la pista sale a la izquierda un camino perfectamente marcado, con una señalización Agüero, Foz de Salinas. Aún así no tiene pérdida ya que el comienzo se encuentra justo al lado de un curioso roble con dos troncos. Avanzamos ahora entre antiguos tapiales de piedra. Pronto estamos ya al pie de las curiosas paredes ocres de la foz. Detrás de ella la bonita cascada de la Fuente de La Rata se precipita elegantemente junto a un puentecillo que nos permite cruzar a la otra orilla, y donde el camino por fin empieza a ascender ya con más decisión.
Foz de Salinas
Fuente de La Rata

Dejamos atrás la Foz
El camino gana altura mediante lazadas, depositándonos en una especie de circo donde se encuentran las ruinas de lo que fue el pueblo de Salinas de Jaca, completamente arruinado y engullido por la exuberante vegetación. Tan sólo la iglesia gótica del siglo XVI permanece en pie a duras penas. Se nota que era de buena factura. 
Hacemos un pequeño descanso y aprovechamos para visitar las ruinas. También sería mala suerte que justo ahora se desplomara.... La verdad es que parece mentira como ha aguantado el paso del tiempo. Yo lo recuerdo parecido a como se encontraba hace 40 años. Bufff.
Restos de la Iglesia
Un buen ejemplar de Gótico Aragonés
Continuamos nuestra particular carrera. 200 metros de desnivel nos separan de la Osqueta.  El camino, perfectamente señalizado avanza ahora por un espeso bosque de pinos. Ganamos altura rápidamente y abajo queda ya el despoblado, la foz y más atrás todavía Villalangua. Al fondo la Sierra de San Juan de La Peña y el Pirineo, aunque cada vez más cubierto
Ascendemos por el bosque, siempre al sur
Vista al Norte, Villalangua, San Juan de La Peña y el Pirineo
Casi sin darnos cuenta (1,30 h) hemos llegado a la escotadura de la osqueta (1167 mts) donde el viento se acelera al cruzar la brecha. Al sur grandes extensiones de monte bajo en dirección a Agüero. Unas fotos y para abajo a toda velocidad, bueno en realidad corriendo. El camino es bueno y la pendiente tampoco es excesiva por lo que descendemos al más puro estilo "Kilian". Sin darnos cuenta estamos de nuevo en el despoblado. Un pequeño respiro y continuamos hacia abajo.
La Osqueta (1167 mts)


El cielo cada vez está más encapotado y está comenzando a lloviznar. De todas formas ya no nos preocupa pues estamos muy cerca de Villalangua. Al poco cruzamos la pasarela del Asabón y llegamos tras invertir 1 h en el descenso.  
Foz de Salinas. Al fondo Peña Oroel
Al llegar al pueblo entramos en la Posada de Villalangua, un encantador lugar donde encontramos una lumbre encendida, cosa que se agradece pues la mañana ha refrescado bastante y además llueve. La decoración de la casa es exquisita. Nos tomamos una cerveza y unos trozos de longaniza.¡Qué buen final para esta jornada matinal! A nuestro lado un grupo de moteros cuentan sus "batallas" mientras apuran unas tazas de café, digno colofón al almuerzo que se acaban de zampar.
Tan relajados estábamos que me olvidé la cámara de fotos en el salón de la Posada y no me dí cuenta hasta que llegué a Zaragoza. Amablemente me la hicieron llegar al día siguiente. Menos mal. Prometo que volveré a este encantador rincón.
http://www.laposadadevillalangua.com

Volvemos hacia Zaragoza muy contentos y haciendo planes para repetir experiencias por estas sierras relativamente cercanas a casa. Es cuestión de madrugar y llevar equipaje ligero. Guara, La Peña, Santo Domingo: la recompensa está asegurada.

Mi hermano Carlos en la Fuente de La Rata (año 1976)



10 Abril 2016. Rafa y Enrique

2016-04-18

Pic des Moines - Pico de los Monjes (2349 mts)

En la estrecha cima de los Monjes con el Midi d'Ossau al fondo
Apenas comenzada la Primavera, el invierno se resiste a desaparecer. Este año las nieves y las heladas comenzaron tarde, sin prisas. Hoy, a deshora, aparece un frente que cubrirá gradualmente todo el Pirineo de Oeste a Este. Nos gusta el invierno. Nos resistimos también a que se vaya.
Las previsiones para Astún son cielos cubiertos y nevadas a partir del mediodía, pero nos da tiempo para una ascensión rápida al Pic des Moines, pico de los Monjes para las gentes de la vertiente sur, una montaña situada justo pasada la frontera que curiosamente lanza una proa hacia Francia elevándose 50 mts por encima de su antecima fronteriza, esa línea pintada en los mapas que, luego en la montaña, no se ve por ningún sitio.
Salimos temprano de la estación de esquí de Astún. La nieve está tan dura que dejamos las raquetas en el coche, pero cargamos con piolet y crampones. Cruzamos una zona de rompealudes encaminandonos hacia el Ibón de Escalar, más o menos por donde nos parece porque la nieve cubre y desdibuja los relieves. Al poco tendremos que poner crampones para atravesar las laderas del Barranco de Escalar, muy inclinadas.
Pronto comienzan las panorámicas. Enfrente la Raca con su línea de telesillas. Detrás asoman Anayet, Vértice y Picos de Canal Roya
El día es desapacible, mucho viento que acentúa el frío intenso y arrastra las nubes que amenazan con engullirnos si tardamos más de la cuenta.
Pero nos gusta el invierno y tenemos que seguir, la nieve está muy dura y se deja caminar muy bien. El frente viene del Oeste
y aún no ha cubierto el macizo del Aspe, que se estira para aprovechar los últimos rayos del sol.
Mucha nieve, debajo del Pico Belonseiche, el ibón de Escalar totalmente helado. Tanta nieve amontonada por el viento que ni siquiera se aprecia la blanca superficie lisa característica de los ibones en invierno.
Vamos camino del Col de los Monjes, seguimos trazas y huellas, a ratos marcamos las nuestras porque la nieve deja subir por cualquier sitio, todo es uniforme. A nuestra espalda los picos de la Muralla de Borau, un marco incomparable.
Avanzamos en silencio, sólo se oye el viento y el crujir de los crampones en la capa helada de la nieve.
Abajo a la derecha puede intuirse donde estará cubierto el Ibón de Escalar. Dejamos la luz a nuestra espalda y vamos hacia el telón de fondo blanco grisáceo que confunde la línea nieve-cielo. 
Ganamos altura, modesta altura, y los paisajes aparecen pausadamente, En primer plano la cresta, herbosa en verano, que sale del Col de Somport y forma las cimas de Arnousse, Benou, Belonseiche y Punta del Escalar.
Llegamos al Col de los Monjes donde todas las miradas confluyen en el Midí d'Ossau.
De allí seguimos al col de Benou, ya al pie de la arista cimera al Pico de los Monjes pequeño pero altivo. 
La arista, en su inicio está conformada por una cresta suave sin grandes pendientes a los lados.
Panorámica de la Vallée d'Aspe y cumbres de Zuriza
Y la cresta suave se yergue los pocos metros que forman la pirámide cimera
Algunas rocas que defienden su identidad han conseguido expulsar la nieve, pero el invierno, que nunca entendió de individualidades, las ha recubierto con una capa de hielo; el piolet ayuda a superarlas con seguridad.
Pronto llegamos a la cima, cada vez más frío, cada vez más viento, ningún confort para echar un bocado. Tampoco hay mucho sitio para protegerse del viento, hacemos nuestra propia versión del "Llegué, ví, vencí" por el de "llegamos, vemos, bajamos".
Cima del Pico de los Monjes
Anayet, Escarra, Pala de Ip, Collarada, Moleta
Algunos montañeros aparecen como puntos minusculos por el col de Benou
Picos de Ayous
A pesar del frío, seguimos haciendo fotos, Quique llega a una gran seta de nieve donde me espera
A mí no me queda más remedio que bajar porque la cima, que sí entiende de individualidades, hoy no quiere tener a nadie.
Hemos salido  muy pronto, otros raquetistas o esquiadores se han lanzado a aprovechar lo poco que ofrezca este día que acabará muy pronto.
Nos detenemos a ver la ladera por la que hemos subido, al rato nos cruzamos con dos mujeres que siguen nuestros pasos. Breve saludo en la arista, información sobre la nieve y cada uno a su lugar.
Hace unos minutos, esas dos figuras seríamos nosotros
De vuelta al Col des Moines, un esquiador nos hace esta foto frente a nuestro querido Midí
A partir de ese momento, bajamos rápidamente consiguiendo llegar al coche cuando empieza a nevar más arriba y llover más abajo, No paramos hasta Villanúa donde conseguimos encontrar el lugar resguardado del viento para echar un bocado.  Estamos inventando el "Gastro-Trekk".

3 Abril 2016. Quique, Rafa
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